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Fortaleza, inundación, calle, Cardoso
Con motivo del próximo Foro mundial del agua que se llevará a cabo en Brasil a partir del 18 de marzo, Maurice Bernard, director de la AFD para la región andina basado en Bogotá (Colombia), descifra los retos relacionados con el agua y saneamiento en el continente latinoamericano.

Maurice Bernard ChalpiEn comparación con otras regiones del mundo, globalmente América Latina no carece de agua. Asimismo, la población tiene acceso a los servicios básicos de agua y saneamiento, en un continente que garantiza un acceso casi universal al agua potable.

Pero en materia de tratamiento de aguas residuales, el atraso de la región es colosal. Problemático, en la medida en que el 75% de la población latinoamericana es urbana y que el continente alberga una parte importante de la biodiversidad mundial: la falta de tratamiento de las aguas residuales en los centros urbanos tiene consecuencias en los medios receptores de dichas aguas.

Por otra parte, América Latina es particularmente vulnerable al cambio climático por la intensificación de los eventos lluviosos que generan inundaciones. Los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña causados por las variaciones de temperatura y de  corrientes en el Océano Pacífico, agudizan los episodios de sequía en algunos países e intensifican las precipitaciones en otros. 
 

En el 2015, 22 % de la población de la región de América Latina y el Caribe utilizaba servicios de saneamiento gestionados con total seguridad.

Fuente: Avances en materia de agua, saneamiento e higiene, informe 2017, OMS-Unicef

Además de este balance global, las situaciones son extremadamente variables de un país a otro como dentro de cada uno de ellos. Por ejemplo, Colombia es una inmensa reserva de agua; el acceso al servicio de agua es globalmente bueno pero sigue siendo insuficiente en el medio rural mientras que ciertas regiones desérticas del país sufren de estrés hídrico. La cantidad de agua de la región amazónica del país no impide que el recurso escasee en el desierto de La Guajira. O dicho de otro modo, los diagnósticos globales no son representativos de las situaciones locales.

Asimismo, persiste la desigualdad en el acceso al agua entre el sector rural y urbano en todos los países, desde México a Argentina. En el continente, únicamente Chile es la excepción. Además, en muchos otros aspectos este país es un caso particular porque se privatizó el acceso al recurso y su nivel de desarrollo se asemeja al de un país europeo.
Además de la presión demográfica urbana y la demanda creciente de agua, el acceso al recurso exacerba las tensiones en el continente, particularmente en las regiones en las que la minería, fuerte consumidora de agua, se codea con poblaciones indígenas que reivindican su derecho al recurso. Y estas tensiones irán aumentando a raíz del cambio climático y del incremento de la demanda.