La evidencia
Es inútil negarlo: la COP25 que finalmente se llevó a cabo en Madrid, terminó el domingo 15 de diciembre con avances menores de lo esperado. La agenda tenía dos temas principales: las normas para la implementación del artículo 6 del Acuerdo de París (elaborado para sustituir al sistema de bonos de carbono del Protocolo de Kioto) y el llamado a los países para revisar al alza sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (CDN) antes de finales de 2020. Sin embargo, no se logró ningún resultado estructurante. El texto final sobre el artículo 6 fue rechazado por Estados Unidos, Brasil y Australia por lo que las negociaciones proseguirán en 2020 con miras a la COP26.
Los avances
Las pérdidas y perjuicios también fueron tema clave de esta COP, en especial los financiamientos disponibles para prevenir los riesgos climáticos y poder enfrentarlos. Se instó al Fondo Verde Climático a atender ese asunto. El objetivo es minimizar, evitar y, en definitiva, compensar las pérdidas y daños que se generan en los países más vulnerables. Misma conclusión en relación con el financiamiento de largo plazo, es decir sobre el compromiso que se hizo en 2009, en Copenhague, de aportar 100 000 millones de dólares anuales y sobre sus proyectos subsecuentes.
No obstante, la mayoría de los Estados y actores no estatales presentes reconoció que existe una voluntad para integrar de manera sistemática los temas relacionados con los océanos y con la biodiversidad en las negociaciones de 2020. En ese sentido, se tomó en cuenta oficialmente el informe del Giec (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) sobre océanos y criósfera. Este tema era uno de los objetivos principales defendidos por Chile durante la preparación de la COP25 con el propósito de lanzar una dinámica positiva para la “super year 2020” y sus principales fechas (Congreso UICN en junio y COP 15 en Kunming en octubre). Es también uno de los proyectos en los que trabaja actualmente el grupo AFD para alcanzar una mejor contabilización de los cobeneficios climáticos basados en la naturaleza.
Asimismo, cabe destacar que se adoptó un nuevo plan de acción sobre género por una duración de cinco años. Se refiere principalmente al liderazgo de las mujeres en el ámbito de la lucha contra el cambio climático y a su acceso a los financiamientos verdes.
¿Cuál fue la participación de la afd y de la IDFC?
Los miembros y socios del International Development Finance Club (IDFC),
presidido por la AFD, acogieron y organizaron más de 26 eventos durante esta COP. Se oficializó el lanzamiento de la Facilidad Climática de la IDFC, primer instrumento operacional del Club.
La AFD también se posicionó sobre temas en los que, por lo general, el Grupo interviene poco en el contexto de las grandes reuniones internacionales sobre temas climáticos como las soluciones basadas sobre la naturaleza y la biodiversidad. Además, el grupo AFD destacó sus cifras positivas sobre temas climáticos, su estrategia de transición energética, sus acciones a favor de los océanos y de la naturaleza, el papel de los bancos de desarrollo nacionales y regionales, las Facilidades Adapt’Action y 2050, así como la importancia de su cooperación con el Fondo Verde.
¿Y ahora?
La idea de organizar una cumbre sobre la función de los bancos de desarrollo como lo propuso la IDFC durante la cumbre climática de Nueva York, el pasado mes de septiembre, se expuso a varios socios clave. Esa cumbre podría organizarse en noviembre de 2020, en margen del Foro de París para la Paz, con el objetivo de reunir al conjunto de las instituciones financieras de desarrollo y a los actores de su ecosistema (gobiernos, reguladores, sector privado, sociedad civil…). El programa prevé: reflexiones y propuestas sobre el papel que llevan a cabo para orientar la transformación de sus economías hacia vías de desarrollo sostenible, de bajo carbono, resilientes al cambio climático y justas a nivel social.
Por otra parte, los resultados contrastados de las negociaciones de Madrid generan expectativas adicionales en torno a la COP26 que se organizará en Glasgow del 9 al 20 de noviembre de 2020. Las ONG y la sociedad civil intensificarán esfuerzos para seguir ejerciendo presión sobre los gobiernos con el propósito de que revisen sus ambiciones al alza ante el desafío del cambio climático.
En ese contexto, el papel de la AFD y del conjunto de los bancos públicos de desarrollo es fundamental para instar a todos los actores a alinearse con el Acuerdo de París y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).