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La bioeconomía es un sector cada más invierto por los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la cooperación internacional. Aparece como una vía alternativa de desarrollo, más sustentable y alineada con la lucha contra la deforestación, la desertificación, y la degradación de los ecosistemas. En el marco de la COP 15 sobre la desertificación, del mes de la biodiversidad, del primer aniversario del proyecto AFD de asistencia técnica de bioeconomía en Ecuador, y del otorgamiento de la AFD de un millón de euros adicionales para el proyecto, hemos entrevistado a Pablo Larco, coordinador de esa asistencia técnica.

El 10 de mayo, se cumple un año desde la firma del convenio de Asistencia Técnica de bioeconomía entre la AFD y el FIAS (Fondo de Inversión Ambiental Sostenible), con contribución del MAATE (Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica) en Ecuador. Proyecto que busca acompañar la construcción y la implementación de la política pública de bioeconomía. 

Pablo Larco¿Nos podría explicar qué es la bioeconomía y qué ha pasado dentro de ese primer año en términos de avances de las actividades? 

Pablo Larco : Existe un concepto político de bioeconomía para el Ecuador, definido en octubre de 2020, por parte de 34 instituciones públicas y privadas del país, que es bastante completo e integral. Personalmente me gusta definirlo como una economía para la vida, es decir, un conjunto de actividades económicas que aprovechan la enorme biodiversidad del país de un modo sostenible, innovador, inclusivo, resiliente, con alto valor agregado.

Desde mi incorporación como coordinador del fondo de asistencia técnica de bioeconomía de la AFD, en agosto de 2021, se ha ido consolidando la gobernanza y la organización del proyecto, se ha elaborado y aprobado el Programa Anual de Trabajo (PAT) y se ha iniciado su ejecución con la preparación de algunos documentos técnicos de base. 
Así, el 21 de septiembre de 2021, se llevó a cabo la sesión de instalación del Comité Directivo (CD) del proyecto, un comité pluri actor encargado de definir las actividades financiadas por ese fondo. Se presentó también la Matriz de Política Pública que constituye la hoja de ruta para el desarrollo de la bioeconomía en el Ecuador, que fue diseñada desde 2019 en un proceso participativo.

Fue una valiosa referencia para los integrantes del Comité conocer el funcionamiento del “Proyecto Bioconnect” de México, cuyo Coordinador vino a Ecuador y brindó información y asesoría, sus lecciones aprendidas y desafíos, que pudieran ser aprovechados por el CD y por la coordinación del fondo en el Ecuador.En una segunda sesión del CD, el 30 de noviembre de 2021, fue aprobado el PAT 2022, donde el producto principal previsto es la construcción del Libro Blanco y Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible del Ecuador, junto con la implementación de una estrategia de comunicación que apoye a la consolidación de la bioeconomía en el país. Hemos lanzado la convocatoria para los 2 principales productos señalados antes.


¿Cómo ese Fondo de Asistencia Técnica en bioeconomía apoya a la implementación de una política pública de bioeconomía en Ecuador?  ¿Cómo responde a las necesidades del país respecto a la bioeconomía?

P. L : En octubre de 2020, 34 instituciones públicas y privadas del Ecuador se adhirieron al “Pacto Nacional por la Bioeconomía Sostenible”, como uno de los hitos del país para el desarrollo de la bioeconomía, todavía existe la necesidad de establecer una visión compartida y más precisa acerca de lo que entendemos como un proyecto bioeconómico y cómo la bioeconomía resulta en una alternativa sostenible al modelo de desarrollo.

Se requiere también conocer el estado de situación de la bioeconomía en el país, junto con reforzar los esquemas de protección de la biodiversidad, para que la bioeconomía no constituya una suerte de incentivo perverso para la deforestación, la ampliación de la frontera agrícola o la pérdida de biodiversidad. Con estos elementos, se requiere construir la Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible del Ecuador, para su implementación en el corto, mediano y largo plazos.

Este es el desafío que tendremos en breve, con el apoyo de una firma consultora especializada, una universidad o un consorcio especializado en servicios de consultoría, convocando a los actores clave como instituciones públicas, el sector privado, pueblos indígenas y comunidades locales, academia, autoridades locales, es decir, de un modo ampliamente participativo y considerando la realidad y los criterios de las diferentes regiones del país, de modo diferenciado.

Con seguridad, durante el proceso de construcción del Libro Blanco, nacerán nuevas ideas estratégicas para la bioeconomía que también serán financiadas por este proyecto, hasta diciembre 2025, cuando finaliza el Fondo de Asistencia Técnica.

¿En qué medida la bioeconomía permite luchar contra la deforestación y la contra la desertificación? 

P. L :Por definición, la bioeconomía incluye solo proyectos sostenibles que no contribuyan a la ampliación de la frontera agrícola, ni a la deforestación ni propicien la desertificación. Al contrario, serán apoyados proyectos que rescaten plantas nativas y sus productos derivados que contrarresten procesos de desertificación, como el guarango, solo por dar un ejemplo. Sin embargo, para asegurar esto, tenemos previsto que la Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible contemple un sistema de vigilancia y monitoreo para ciertas zonas o para un conjunto de proyectos, de tal manera que se conserven, sobre todo, las áreas de alto valor en biodiversidad del Ecuador.

Asimismo, la mencionada estrategia debe establecer mecanismos para fortalecer los actuales esquemas de conservación del país, como el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), el Programa Socio Bosque, los planes de acción para la conservación de ciertas especies, entre otros. Adicionalmente, en el marco regulatorio para el fomento de proyectos de bioeconomía se deben incorporar salvaguardas ambientales y sociales, de tal manera que la bioeconomía no replique los problemas de una economía tradicional.