En las calles adoquinadas del barrio popular de Nossa Senhora Aparecida en Curitibanos, se han abierto profundas zanjas. Los obreros instalan ahí el nuevo sistema de alcantarillado urbano. A partir de principios del próximo año, las aguas residuales serán tratadas directamente en la nueva planta depuradora que se construye actualmente en la parte alta de la ciudad.
Al igual que otras 16 municipalidades del interior del Estado de Santa Catarina (regiones del río do Peixe y del litoral Centro-Sur), Curitibanos es beneficiaria del Programa de Saneamiento Ambiental para ciudades medianas (30 000 a 40 000 habitantes) que la Casan lleva a cabo desde el 2012 y que la AFD financia con 100 millones de euros. El objetivo es instalar, de aquí al verano 2019, una red de alcantarillado que tendrá como primera meta colectar del 20% al 50% de las aguas residuales -500 kilómetros en total, 40 000 conexiones para beneficio de 200 000 personas, así como nueve plantas depuradoras.
Este programa forma parte de un proyecto global de saneamiento en toda Santa Catarina. En el caso de las demás regiones, este tipo de proyecto es financiado por el gobierno brasileño y por otros organismos internacionales. A pesar de ser el quinto estado más rico de Brasil en términos de PIB por habitante, Santa Catarina se sitúa apenas en el lugar 16 (de 27) en materia de tratamiento de aguas residuales (15% de la población contra 55% para la media nacional). Cuando finalicen todos los programes actualmente en curso, Santa Catarina espera situarse en el top 5 brasileño con una cobertura de 45% de la población.
El proyecto de la Casan incluye nueve plantas de tratamiento de alta calidad. La mayoría son modelos compactos, dependiendo del tamaño de la ciudad. En la actualidad tres de ellas ya se encuentran en funcionamiento. Una desde hace dos años, en Chapeco. Otras dos desde finales del año pasado, una en Canoinhas y la otra en Braço do Norte.
En Curitibanos, la obra de la futura planta depuradora, más grande que las demás instaladas en el Estado, avanza a buen ritmo. Inició en junio de 2016 y se prevé que concluya el próximo mes de noviembre. “El 40% de las aguas residuales serán tratadas lo que permitirá obtener un agua pura en un 95 a 98%”, explica Marcio Rosa, uno de los ingenieros de la construcción. Problema menor cuando se conoce la situación presente: “Actualmente, la mayoría de los cuerpos de agua de la ciudad están contaminados”.
El saneamiento no tiene tanto impacto en términos de imagen como el acceso al agua. No obstante, sus beneficios a largo plazo serán múltiples para Santa Catarina, con importantes ventajas económicas. En primer lugar, reducir de manera significativa el nivel de aguas residuales vertidas a la cuenca hidrográfica del Estado tendrá un doble efecto: un rescate ambiental de los cuerpos de agua y del litoral con la consecuente valorización de su potencial turístico.
Los males que genera la contaminación del agua son numerosos y afectan principalmente a las clases más desfavorecidas que a menudo viven muy cerca de los cuerpos de agua. Si estuvieran más limpios, los lugareños estarían menos expuestos a las enfermedades y se reducirían los costos de salud pública. José Antonio Guidi estima que, de la misma manera que Curitibanos, las ciudades de Santa Catarina podrían entonces destinar sus recursos a otros sectores en dificultad: “Esas reducciones de gastos serán para beneficio de la educación o de las infraestructuras”.