Cómo Colombia reconcilia bosques y agricultores

La selva amazónica en el sur, el mar Caribe en el norte, el océano Pacífico en el oeste y la cordillera de los Andes en el centro. Éste es el entorno excepcional de Colombia, que concentra la segunda reserva mundial de biodiversidad, después de Brasil.
Una imagen idílica... que se va deteriorando año tras año. Los culpables: la deforestación, por un lado, alimentada por el desarrollo de los cultivos agrícolas, y el cambio climático por el otro, cuyas repercusiones sobre la naturaleza y la economía son extremadamente preocupantes.
Sin embargo, el país ha emprendido políticas ambiciosas para combatir estas amenazas, especialmente mediante el lanzamiento de varios programas de protección de la naturaleza. Prepared Magdalena es uno de ellos. Beneficiando de la experticia de la ONF Andina (adscrito al Grupo Instituto nacional de los bosques), este proyecto tiene el apoyo de la AFD y del Fondo francés para el medio ambiente mundial (por sus siglas en francés FFEM). Implementado por la autoridad ambiental Cormagdalena, busca incentivar modos sostenibles de producción agrícola. Su objetivo es fomentar modos de producción agrícola sostenibles y la plantación de árboles para preservar los recursos naturales y reducir los gases de efecto invernadero.
En este contexto, surgió un proyecto original de producción sostenible de frutas, miel y panela (un azúcar moreno sin refinar) en el corazón del Parque Natural de Guacharos Puracé, en el departamento de Huila.