Mozambique: santuario de la biodiversidad que se debe preservar

Mozambique tiene la fortuna de contar con una extraordinaria diversidad biológica. Su red de áreas protegidas representa 26 por ciento de la superficie total del país; la reserva nacional de Niassa, que cubre alrededor de 42 000 km² (la superficie de los Países Bajos), es una de las más extensas del país.
El patrimonio natural de Niassa se ha visto afectado por las guerras, la explotación forestal y la minería ilegal, la caza furtiva, el crecimiento poblacional, los conflictos entre el hombre y la fauna así como por el cambio climático. Los elefantes han sido diezmados por el furtivismo relacionado con la creciente demanda mundial de marfil: En la zona de Niassa, el número de elefantes pasó de los 12 000 que se estimaban en 2011, a unos 4 000 en apenas tres años.
La reserva de Niassa también cuenta con 60 000 habitantes cuyos medios de subsistencia dependen de los recursos naturales del lugar. Proteger la diversidad y asegurarse que la población local comprenda la importancia de las áreas de protección, es el propósito de la acción de la Agence Française de Développement (AFD) con su proyecto Áreas Protegidas y Protección de los Elefantes (APEM, por sus siglas en francés) que se lanzó en Mozambique en 2016.
“Debemos encontrar un equilibrio óptimo entre conservación y desarrollo económico en beneficio de la población local”, explica Mathieu Boche, del departamento de Agricultura, Biodiversidad y Desarrollo Rural en la AFD.
“Sin una adecuada gestión de la creciente presión que ejerce la población sobre el medio ambiente, los recursos forestales y fáunicos serán explotados de manera no sostenible, lo que acabará con nuestros esfuerzos de conservación”, precisó.
El proyecto, llevado a la práctica por la Administración Nacional de Áreas de Conservación (ANAC), en colaboración con la Wildlife conservation society (WCS), tiene como propósito mejorar la gestión de las áreas protegidas de Mozambique, de los sistemas de vigilancia y de lucha contra la caza furtiva en la reserva nacional de Niassa y en el Parque Nacional de Limpopo.
El proyecto APEM de la AFD contribuye al fortalecimiento de las asociaciones público-privadas de largo plazo. Un ejemplo de este tipo de asociaciones es la Luwire Wildlife Conservancy, que se localiza en la ribera sureste de la Lugenda. Esta concesión privada trabaja en estrecha colaboración con la administración de la reserva para coordinar las actividades de vigilancia y los esfuerzos de conservación. Financiada por un inversionista privado, Luwire también cuenta con un albergue rural de lujo que atrae a los turistas en búsqueda de una experiencia única en un entorno salvaje.
“Recibimos sobre todo a turistas interesados en fotografiar la fauna y en realizar safaris pedestres”, explica John Nel, director general de Luwire.
“Están dispuestos a pagar para vivir una experiencia auténtica y única”, añade.
Luwire es parte de la Niassa Conservation Alliance (NCA), que reúne a tres operadores privados que representan cerca de 40% de la superficie de la reserva. Los miembros de la NCA comparten sus recursos y su experiencia con el propósito de buscar la manera de resolver en forma concreta los desafíos relacionados con la conservación y de obtener un apoyo financiero a largo plazo.
"Reinvertimos todo el dinero en el esfuerzo de conservación” afirma John Nel.
“Nuestro éxito se explica por el hecho de que nuestras tres concesiones reúnen probablemente más de la mitad de la población de elefantes; por lo tanto se sienten lo suficientemente en seguridad como para regresar”, asegura.
Al coordinarse con la administración de la reserva, Luwire ha podido equiparse y capacitar a los guardabosques así como mejorar la vigilancia de la zona, lo que también ha provocado una disminución de las actividades mineras ilegales.
La reserva nacional de Niassa, en la que viven especies animales y vegetales muy diversas y abundantes, es un tesoro de la biodiversidad mundial que se debe preservar para las generaciones futuras. El compromiso del gobierno mozambiqueño así como el financiamiento y el apoyo de los financiadores internacionales y de las ONG de defensa de la fauna ya están dando frutos, como lo evidencia la caída del furtivismo de elefantes.
Actualmente, la administración de la reserva nacional de Niassa, en colaboración con la Wildlife Conservation Society, elabora un plan de gestión decenal (2019-2029) para implicar todavía más a la población local en la toma de decisiones, preservar los logros en materia de conservación de la biodiversidad así como promover el bienestar y los medios de subsistencia de las 60 000 personas que viven en la reserva.
Además, con el objetivo de contribuir a la conservación, pero también de crear empleos locales, la administración de la reserva y las distintas concesiones continuarán con la promoción de un turismo basado en el respeto a la naturaleza.