Se dice que son más militantes que sus mayores, están más abiertos al mundo o tienen mayor conciencia de los temas medioambientales… Al igual que la muy expuesta Greta Thunberg -con tan sólo 16 años, pero ya punta de lanza de la lucha contra el cambio climático- ¿se encuentran todos los menores de 25 años a la vanguardia del militantismo relacionado con los grandes desafíos sociales?
Lo que sí está claro es que la juventud tiene menos confianza que sus mayores en la capacidad de los actores tradicionales para superar esos desafíos. Según un estudio realizado por la encuestadora IPSOS para la Agence française de développement y publicada en marzo de 2018, 59 por ciento de los jóvenes menores de 25 años considera que los ciudadanos como ellos son los principales actores capaces de “cambiar el mundo de manera positiva”, mientras 43 por ciento estiman que son las ONG, y apenas 33 por ciento piensan que son los políticos y 27 por ciento las estrellas y gente famosa.
Consecuencia lógica de este resultado, las dos terceras partes de los jóvenes franceses militan o manifiestan una voluntad por militar. ¿Bajo qué forma se efectúa su militancia? Según otro estudio realizado por la encuestadora CSA para la AFD y publicado en marzo de 2019, el éxito de las peticiones es indiscutible: es la principal forma de militancia entre los menores de 25 años (71 por ciento ya ha firmado alguna petición), por delante de las donaciones a las asociaciones de solidaridad (44 por ciento ya han donado en alguna ocasión).
Más voluntaristas… pero mal informados
Los jóvenes están dispuestos a involucrarse en aquellas causas que consideran como prioritarias. No obstante, ¿están estos jóvenes mejor informados que los mayores de 25 años sobre las causas que más les interesan? No necesariamente. En Francia, apenas 40 por ciento de ellos han oído hablar de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU para garantizar paz y prosperidad a las poblaciones y al planeta.
No obstante, el relativo desconocimiento que tienen de los retos relacionados con el desarrollo no impide que sean, por lo general, más favorables a la ayuda pública al desarrollo que sus mayores: 84 por ciento contra 79 por ciento. Esos dos estudios nos prueban que, en su gran mayoría, la juventud está consciente de los estrechos vínculos que ahora unen a todas las regiones del mundo: el 62 por ciento de los menores de 25 años reconoce que, en este mundo global, lo que sucede en los países en desarrollo o emergentes, puede tener impacto sobre su propia vida en Francia.
Pero, al mismo tiempo, 76 por ciento de estos jóvenes considera estar “mal informados” sobre la política de ayuda pública al desarrollo que lleva a cabo Francia y 43 por ciento reconoce desconocer el porcentaje del presupuesto del Estado que se le asigna efectivamente.
“Los jóvenes manifiestan una mayor adhesión de principio a la ayuda al desarrollo, al apoyo hacia las poblaciones desfavorecidas, a tomar en cuenta los retos medioambientales”, señala Clotilde Combe, Directora adjunta del Área Sociedad en el CSA. “Pero declaran estar mal informados sobre las acciones y las iniciativas francesas e internacionales en la materia, en particular sobre aspectos que les interesan como las ODS. El reto consiste en lograr que esa sensibilidad hacia estos temas, que constituye un aspecto positivo, sea un acicate para involucrarse a largo plazo”.
África y la lucha contra el hambre son prioridad
A nivel mundial, su prioridad es que todos tengan de qué comer, tengan acceso al agua y a una atención médica. En opinión de 46 por ciento de los menores de 25 años, África Subsahariana sigue siendo la zona de intervención en la que Francia debería concentrar con prioridad su política de ayuda pública al desarrollo.
Por último, y como consecuencia de la creciente concientización relacionada con los desafíos climáticos, la mayoría de los jóvenes franceses cuestionados considera que la transición hacia un modelo de vida más sostenible debe ser el objetivo de la ayuda pública al desarrollo. Además, 46 por ciento de los menores de 25 años considera que la lucha contra las desigualdades y la lucha contra la protección del medio ambiente son ahora inseparables.
Por lo tanto, estas dos encuestas dejan entrever a una juventud consciente pero preocupada por el futuro. Una juventud que cree en el papel que pueden desempeñar los ciudadanos y que desea involucrarse, motivada por una profunda conciencia de los desafíos planetarios existentes, de su interrelación y, por lo tanto, de nuestro destino común.