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ligne métro 2b, transport, Saint-Domingue, République dominicaine
Con sus 3.5 millones de habitantes, Santo Domingo enfrenta problemas crecientes de organización a nivel de la movilidad y del tráfico urbano. Gracias a la ampliación del metro, los barrios del este ya no están aislados y los embotellamientos que paralizaban a la capital son cosa del pasado. Los habitantes cuentan ahora con un medio de transporte fiable, rápido y económico para trasladarse al centro de la ciudad.

La capital de la República Dominicana, densamente poblada, tiene un sistema de transporte público ineficiente y el tráfico vial se encuentra en constante aumento. Sin olvidar, la preocupante contaminación que generan los embotellamientos crónicos.
Para los barrios periféricos del este, que han crecido de manera anárquica y al margen de las cuencas de empleo, romper con ese asilamiento era primordial.

Oportunidades económicas y sociales

La nueva línea 2B del metro que fue inaugurada y entró en servicio el 8 de agosto de 2018, atraviesa el río Ozama gracias a un puente ferroviario de 645 metros que se construyó con ese propósito y que conecta al este de la capital con el centro. De esta manera, la línea 2 cuenta hoy con una prolongación de 3.6 kilómetros y cuatro estaciones adicionales. Una línea que va a cambiar la vida de los habitantes: ahora, llegar hasta el centro de la ciudad tomará menos de 10 minutos contra… ¡los 60 que requería anteriormente el recorrido en automóvil! Ahorro de tiempo, pero también de dinero: el boleto de tarifa única no rebasa los 20 pesos. Además, estaciones y muelles se adaptaron para facilitar el acceso de las personas con discapacidad.

La línea 2B genera expectativas positivas para la economía del área y de sus 850 000 habitantes, además de nuevas perspectivas de empleo: hasta ahora ya se han contratado a 120 personas para trabajar en la limpieza, el mantenimiento, y la operatividad del sistema.

Un proyecto con amplias perspectivas

Esta extensión se inscribe dentro del marco de la política nacional de movilidad urbana que tiene por objetivo el desarrollo de transportes públicos eficientes, seguros, amigables con el medio ambiente y abordables, como estrategia para desincentivar el uso de los vehículos personales. Las empresas francesas Alstom, CIM-TSO y Thalès, en consorcio con Siemens, son proveedores del material rodante y del equipamiento electromecánico del metro.

La construcción de la extensión de la línea 2 es parte del proyecto de ordenamiento territorial “SDE” (por Santo Domingo Este) financiado por la AFD mediante un préstamo de 210 millones de dólares firmado en 2014. Un proyecto integral para reorganizar la ciudad: incluye el realojamiento de los habitantes del barrio precario de La Barquita, así como la construcción del primer teleférico urbano del Caribe, inaugurado el pasado 22 de mayo en Santo Domingo.


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