Medellín constituye un centro económico y financiero de primer orden. Teniendo en cuenta las limitaciones del sitio, el crecimiento de la población es posible hacia las extremidades (en las faldas de las montañas) o por densificación. Este crecimiento se debe a la integración de los refugiados de los diferentes conflictos que desgarran a Colombia (narcotráfico, guerrilla, expropiaciones de tierras, destrucción de cosechas…).
Durante la década de 1980, Medellín concentraba y reproducía dentro de sus barrios todas estas formas de violencia criminal, social y simbólica. En 1991, con 381 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, Medellín presentaba el ratio de homicidios más alto del mundo. Sectores enteros de la ciudad escapaban del control público.
Paralelamente a una política de seguridad y militar del Estado colombiano, las autoridades locales midieron el alcance y la gravedad de la crisis social. Como lo expresa claramente el antiguo alcalde Sergio Fajardo, reconocieron que la violencia tenía sus raíces en profundas desigualdades sociales.
La originalidad del enfoque de Medellín consistió en definir un plan de desarrollo focalizado en prioridad en los barrios más pobres, para llevar a cabo una política voluntaria y simultánea de inversiones masivas en todos los sectores, con el propósito de crear un cambio de los barrios, de las condiciones de vida y por lo tanto de las mentalidades (“lo más bello para los más pobres”).
La ciudad de Medellín puede hacerlo ya que dispone prácticamente de todas las palancas de acción pública, directamente o a través de sus numerosas empresas públicas. Este enfoque es al mismo tiempo solidario, construido para reintegrar al conjunto de la población en un proyecto común, y “verde”, porque el municipio está en línea con el conjunto de las recomendaciones de la comunidad internacional, movilizada en torno a las problemáticas ambientales y de lucha contra el cambio climático.
El proyecto de construcción de un corredor verde con su tranvía (4,3 km) y dos líneas de metro cable, contribuye de esa manera a un desarrollo “limpio”.
La AFD financia el componente de transporte del Proyecto urbano integral del centro este de Medellín, que permite conectar estos barrios periféricos donde viven 300.000 personas con el centro de la ciudad, reintegrándolas en la dinámica urbana. Por otra parte, la AFD acompaña a la alcaldía de Medellín en la elaboración de sus proyectos de urbanismo gracias un programa de cooperación técnica.
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