Violinista de formación, Thomas Roussel ha trabajado en proyectos emblemáticos: la candidatura de París para los Juegos Olímpicos de 2024, colaboraciones con Karl Lagerfeld, un concierto en Pekín dentro de la Ciudad Prohibida, la composición de música para películas como la banda sonora del documental climático “Pour quelques degrés de moins…” (Por unos grados menos). Durante el primer confinamiento, organizó un concierto con 200 músicos confinados en todos los rincones del mundo. Un reto mayúsculo para reunir a un grupo de manera presencial y a distancia.
Fue así como surgió la idea de pedirle que creara una obra para la Agence Française de Développement (AFD). Después de platicar con los equipos del Grupo, Thomas Russel compuso una obra que se interpretó en la sala de conciertos de la Seine Musicale, a finales de diciembre.
Música compuesta y producida por Thomas Roussel, película dirigida por Alexandre Brisa.
¿La música original de un mundo en común? Tonos graves y más ligeros, con interpretaciones colectivas y solos, es una obra que refleja la misión de la AFD pero también su diversidad: el kanún proviene de África del Norte, el morin jur de Mongolia (clasificado como una de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la UNESCO), el guzheng de China, las percusiones de América del Sur y de diferentes regiones de África. La orquesta de cuerdas evoca más bien a Europa y el piano eléctrico a los Estados Unidos.
“En esta obra intenté expresar varias emociones: la luz, la esperanza, la fuerza y la convivencia”, explicó Thomas Roussel. “Fue un movimiento muy evidente en este año especial. Porque este proyecto también fue para nosotros, los músicos, la ocasión de reunirnos para tocar juntos nuevamente, lo que no habíamos podido hacer desde febrero pasado… ¡Y fue un enorme placer hacerlo con músicos del mundo entero!