La Agence Française de Développement (AFD) es la institución pública que lleva a la práctica la política de Francia en materia de ayuda al desarrollo y de solidaridad internacional. La ayuda al desarrollo es uno de los tres pilares de la acción exterior del país, junto con la diplomacia y la defensa. Con nuestra misión contribuimos al progreso económico, social y medioambiental de los países de renta baja y de renta media.
Esta misión se concretiza por medio de préstamos, de donaciones, de conocimientos compartidos o bien de asesoría técnica. Éstos últimos se enfocan a proyectos con impactos sociales y medioambientales en diversos campos: cambio climático, biodiversidad, paz, educación, urbanismo, salud, sectores digitales… En todos los casos, el objetivo final es mejorar la vida cotidiana de la población y preparar el futuro. En ese sentido, los financiamientos de la AFD representan inversiones solidarias de ayuda al desarrollo.
Más información sobre la ayuda al desarrollo
El cambio climático, los conflictos, la contaminación, las epidemias no respetan fronteras. En un mundo en el que todo lo que sucede del otro lado del planeta tiene un impacto de este lado, en nuestras vidas, redunda en interés de todos que el planeta sea más estable; que las desigualdades retrocedan y que la naturaleza sea preservada.
Un ejemplo de ello: la gran miseria que aún prevalece en el Sahel ha permitido que prosperen grupos terroristas, los cuales constituyen una amenaza directa para Francia y para sus habitantes. La respuesta de la AFD a este problema es firme y se basa en ambiciosos programas de ayuda al desarrollo, en particular en materia de educación y de salud. Es una acción de largo y de corto plazo a la vez, indispensable para acabar con la pobreza, terreno fértil para todo tipo de inestabilidades.
Por otra parte, pensamos que ciertos recursos (agua, bosques, biodiversidad…) deben tener una gestión internacional, siguiendo el modelo de los bienes comunes. Estos recursos los comparte, gestiona y conserva a nivel colectivo una comunidad que concibe la propiedad como un uso y no como una apropiación.
Participar en el desarrollo de los países emergentes significa contribuir al crecimiento de una economía que beneficiará, antes que nada, a los habitantes de los países involucrados pero que, de manera indirecta, también tendrá un efecto positivo sobre el empleo en Francia ya que generará nuevos mercados para nuestras empresas, dentro del estricto respeto de las reglamentaciones y de las normas locales. De manera más general, la política francesa de ayuda al desarrollo contribuye a la influencia y a la proyección de Francia en el mundo.
Pensamos que es fundamental apoyar a las poblaciones más expuestas a la pobreza, a las dificultades de acceso a los servicios de salud o a las consecuencias del cambio climático, en cualquier lugar del mundo en el que se encuentren, y cualquiera que sea el régimen político en el poder.
Además, el propósito es trabajar con las autoridades locales para apoyar las reformas relacionadas con la gobernanza y ayudar a aplicar los derechos humanos y sociales de manera más extensa.
Por último, la AFD no trabaja únicamente con los Estados. Más de la mitad de los financiamientos se otorgan a actores no estatales como empresas (Proparco, nuestra filial dedicada al sector privado), ONG y entidades locales (regiones, ciudades…) que llevan a cabo acciones para beneficio de la población, en especial cuando los Estados son frágiles o incumplen su cometido.