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Desde 2015 y la aprobación de la Agenda 2030 por las Naciones Unidas, la función del deporte en materia de desarrollo es plenamente reconocida a nivel internacional. En África, combinada con el enorme potencial de los deportistas del continente, la economía del deporte puede ser un acelerador de desarrollo económico y social.

Con sus 1300 millones de habitantes, África es el continente más joven del mundo. En 2050, uno de cada tres jóvenes en el mundo será africano. En ese contexto demográfico inédito, el deporte se impone de manera progresiva como una característica de la juventud africana, una herramienta de lucha contra la marginalización de los grupos más vulnerables de la población y a favor de la igualdad, especialmente de género. El deporte también contribuye a la transformación de África hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).  

El libro “Économie du sport en Afrique : réalités, défis et opportunités”  (Economía del deporte en África: realidades, desafíos y oportunidades), recientemente publicado, aborda esta nueva realidad que está emergiendo en África poco a poco. Publicado por la ASCI con el apoyo de la AFD, el libro cuenta con la contribución de los más eminentes especialistas en deporte y economía de África, y con la de grandes figuras deportivas africanas. En el documento se pone de relieve el potencial de desarrollo del que podría beneficiar África, y la manera en la que sus dirigentes podrían utilizar al deporte como vector de crecimiento sostenible.

Con una tasa de crecimiento mundial de cerca del 5 % anual desde hace veinte años, la economía del deporte es próspera. A pesar de todo, los beneficios económicos para el continente todavía no están a la altura del enorme potencial que tiene, ya que el deporte se integra en las políticas de desarrollo en muy contadas ocasiones y no entra en el ámbito de los inversionistas públicos y privados. 

Impulsar las inversiones en el deporte

Para cobrar fuerza, el desarrollo del sector deportivo no puede prescindir de una importante inversión, a la vez del ámbito público como privado. Un cambio de paradigma necesario, antes que nada con la multiplicación y diversificación de los actores, y con una evolución hacia una perspectiva de inversión a largo plazo. “Más inversiones, menos caridad. Es a lo que aspira África”, resume Masai Ujiri, dirigente nigeriano del club de baloncesto NBA de los Toronto Raptors, en una tribuna de opinión publicada por The Athletic.

La economía del deporte en África podría gozar de una ventaja comparativa significativa, es decir el excepcional tejido empresarial de un continente que tiene la tasa de emprendedores más alta del mundo. No obstante, por falta de la atención necesaria y de instrumentos adaptados, según recientes estimaciones el deporte apenas representa el 0.5 % del PIB africano contra el 2 % del PIB en las demás regiones del mundo.


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Aunque esté financiado por el sector público y donantes individuales, el deporte requiere para su pleno desarrollo la participación de inversionistas privados institucionales. Desde hace varios años, estos manifiestan un creciente interés por la economía del deporte africana y comienzan a entrar en acción. La llegada de estos nuevos actores se está concretizando, según lo muestra la consolidación de la NBA África en 2021. Como ha sucedido con tantos sectores del desarrollo en África, estas iniciativas resultarán mejores si se llevan adelante en colaboración con los inversionistas públicos, susceptibles de garantizar la calidad de las inversiones.

El deporte al servicio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en África 

Al acompañar la acelerada transformación del continente, el deporte se afirma en África como un sector de inversiones crecientes y alimenta nuevas formas de cooperación, particularmente innovadoras, al servicio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es propósito de los bancos públicos de desarrollo, empezando por el grupo AFD, apoyarlas plenamente.

En esta carrera hacia la emergencia del potencial económico y social del deporte en África, también están llamados a participar otros actores, como gobiernos, organizaciones internacionales, movimientos deportivos, asociaciones, instituciones financieras, empresas o bien atletas.