¿Qué riesgos económicos representa la crisis actual para los países en desarrollo, en especial para África?
Thomas Mélonio: La situación es compleja y preocupante. La crisis económica importada afectó a los países en desarrollo aún antes de que los primeros casos de Covid 19 se declararan en sus territorios. Esta crisis tuvo cuatro vectores de propagación: el derrumbe del sector turístico, la reducción del precio del barril, las fugas de capitales hacia los países más desarrollados que debilitan a los países con importantes deudas en divisas y, por último, la disminución de las remesas. Algunos países, como Gabón, Congo, Angola o Mozambique se encuentran actualmente muy afectados debido a la reducción de sus ingresos relacionados con las exportaciones de petróleo y a una deuda muy importante.
Ahora, ya está llegando la epidemia en sí y será muy costosa, a nivel humano, social y económico. Teniendo en cuenta el impacto probable sobre el PIB, algunos países ya no tendrán la capacidad de suscribir préstamos para reaccionar, o bien si lo hacen será pagando una prima de riesgo muy superior… Corren el riesgo de no poder pagar a los funcionarios, o bien a los médicos y al demás personal de salud. La crisis macroeconómica y la crisis sanitaria y social se retroalimentan entre sí.
¿Qué pueden hacer los financiadores públicos ?
Antes que nada, el FMI y los bancos centrales tienen un cometido primordial que es inyectar liquidez. Es fundamental para que los gobiernos, los bancos, las principales empresas puedan tener acceso a liquidez de manera directa. En principio, en el FMI se procederá por medio de emisiones de Derechos Especiales de Giro (DEG), una especie de creación monetaria que permitirá a los países de bajos ingresos disponer de liquidez.
Los principales bancos centrales también van a aumentar su balance, o sea que de facto van a crear moneda, y suscribir acuerdos de SWAP, esos acuerdos de intercambio de moneda entre bancos centrales, destinados a los países con monedas depreciadas que así podrán defenderse mejor. Estas dos medidas son fundamentales a corto plazo para evitar una crisis demasiado importante.
Además, la comunidad internacional está discutiendo sobre una posible moratoria al pago de la deuda de algunos países en desarrollo. En principio, el Banco Mundial y el Ministro de Economía y de Finanzas de Francia ya manifestaron su aprobación. Sería una medida fuerte que tiene el mérito de generar beneficios inmediatos: cancelar un pago y renegociar una deuda son un respiro y contribuyen a limitar la crisis de liquidez. Sin embargo, las condiciones de dicha moratoria deberán evaluarse correctamente ya que pueden tener repercusiones para los financiadores, en función de los parámetros acordados. Por lo tanto, sería lógico que los financiadores multilaterales y bilaterales intervengan de manera concertada y en las mismas condiciones. Todos debemos hacer un esfuerzo, incluso los financiadores privados.
El riesgo es que los países se retraigan totalmente. Al principio, se puede entender la necesidad de hacerlo a nivel sanitario, pero ello no significa que no se pueda elaborar un plan internacional para atender la crisis sanitaria, y la crisis social que se perfila. Ahora bien, los problemas no se podrán resolver si cada país se encierra. Francia tiene que seguir cumpliendo con su tarea en materia de solidaridad internacional, y es de importancia para el país: la salud es un bien público mundial, ¡los intereses de todos los países son interdependientes!
¿Qué función puede asumir la AFD?
Actualmente, la AFD trabaja con el Ministerio de Europa y de Relaciones Exteriores al igual que con la Comisión Europea para reorientar ciertos financiamientos y programas hacia la crisis sanitaria y social, en especial en África. Es urgente, y es nuestra prioridad.
Luego, en una segunda etapa, podríamos llevar a cabo importantes acciones contracíclicas para completar las intervenciones masivas del FMI o de los bancos centrales. Gracias a las relaciones que mantiene con gran cantidad de actores locales, la AFD tiene la capacidad de identificar a todos aquellos que puedan asumir una función clave para fortalecer las capacidades de atención médica y de investigación, pero también tiene contacto con las PyMEs, de gran importancia a nivel laboral, o bien puede proporcionar análisis y asesoría para optimizar los futuros planes para reactivar la economía. Gracias a nuestra importante implantación local, a nuestro detallado conocimiento de los actores, contamos con una posición única para ayudar a las víctimas de esta crisis.
Una crisis es también una oportunidad para reflexionar acerca de las trayectorias de desarrollo. Muchos actores van a requerir apoyo para salir adelante. Nuestra misión consiste en lograr que la reactivación se lleve a cabo de manera sostenible, o sea en coadyuvar a las transiciones energéticas, ecológicas, sociales y en evitar financiamientos que pudieran estancar al desarrollo.
Sabemos que las necesidades van a ser muy importantes. Para la AFD significa trabajar todavía más y mejor.