Facilidad financiera UE-AFD para la investigación en materia de desigualdades: “Ahora podemos orientar mejor nuestras acciones”

publicado el 25 Marzo 2021
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Facilité de recherche inégalités
Financiada por la Unión Europea y bajo la responsabilidad de la AFD, la Facilidad financiera para la investigación sobre desigualdades abarca 22 proyectos de investigación destinados a mejorar el conocimiento sobre las desigualdades socioeconómicas y las políticas necesarias para reducirlas.
Gabriella Fesus, encargada de Protección e Inclusión Social en la Comisión Europea, y Hélène Djoufelkit, Directora del Departamento Diagnósticos Económicos y Políticas Públicas en la AFD, realizan una primera evaluación.
¿Qué motivó a la Unión Europea a lanzar la Facilidad financiera para la investigación sobre desigualdades?

GabriellaGabriella Fesus: Reducir las desigualdades en nuestros países socios es una prioridad fundamental para la Comisión Europea. Además, estamos conscientes de que es un fenómeno pluridimensional con numerosas dinámicas y numerosos propulsores. Desgraciadamente, los niveles de desigualdades entre países, y dentro de los mismos países, están aumentando. 
Hoy tenemos la oportunidad de utilizar los resultados de esta investigación para orientar mejor nuestras acciones, enfrentar las desigualdades y encontrar formas de medir el impacto de lo que realizamos. También estamos mejor equipados para ayudar a nuestros países socios a elaborar políticas basadas en la experiencia y destinadas a detener este flagelo.
 

HélèneHélène Djoufelkit: Lo importante, tanto para la AFD como para la UE, era que este programa de investigación fuera realizado por investigadores locales. Recurrimos a universidades y a investigadores que pudieran cooperar con las autoridades locales para estudiar la evolución de las desigualdades y trabajar en la elaboración de recomendaciones políticas. Además de proporcionar datos y resultados, la Facilidad ha generado numerosos espacios de diálogo sobre el problema de las desigualdades en más de 30 países.
 

Hasta ahora, ¿cuáles son los resultados de los investigadores? 

H.D.: En algunos países, como Camerún y Ghana, las desigualdades han aumentado. En otros; como Costa de Marfil y Kenia, han disminuido desde el año 2000. En Sudáfrica, se han mantenido estables. También comprendimos que todos los tipos de desigualdades estaban relacionados entre sí. Por lo tanto, no podemos separar las desigualdades a nivel de la salud o de la educación de las desigualdades de ingreso o de salarios, por ejemplo. Es algo pluridimensional. Aun cuando los sectores de la salud y de la educación reciben nuestro apoyo, las desigualdades de género resisten a numerosas reformas.

Las desigualdades de género persisten debido a la prevalencia del sector informal, en el que las mujeres representan una mayoría. Lo cual se debe a la organización estructural de la sociedad. De manera que, incluso cuando los ingresos generales mejoran, las desigualdades de género siguen siendo un reto mayor. No obstante, con un mejor acceso de las mujeres a la educación superior y a empleos formales estas desigualdades podrán reducirse.

G.F: Lo que viene a la mente de manera inmediata cuando se habla de desigualdades, son las consecuencias de la globalización, la evolución de las tecnologías, el desempleo y el acceso al financiamiento. De hecho, las dificultades de acceso al financiamiento son tales que una gran cantidad de familias no tienen mayores expectativas que sus salarios y, en los países en desarrollo, por lo general son bajos. Los niveles de desempleo y el crecimiento del PIB también pueden afectar las desigualdades de ingreso. Altas tasas de desempleo pueden generar mayores desigualdades y una presión sobre los salarios puede, a su vez, tener efectos negativos sobre la afiliación sindical y el poder de negociación de los trabajadores.   

H.D: La Facilidad demostró que uno de los principales vectores de desigualdades era el acceso a la educación y al mercado laboral, pero también a condiciones de vida dignas incluyendo el acceso al agua potable y a sistemas sanitarios, a la vivienda y a las infraestructuras básicas como el transporte.

El capital humano también es clave. En Túnez, los investigadores efectuaron un análisis social e histórico de las desigualdades -es la primera vez que se enfoca el problema de esta manera. El estudio mostró que el nivel de vida es más alto cuando el capital humano heredado es mas alto. Lo cual se mide gracias a un índice que resume el nivel de educación de los abuelos, su nivel de competencia y la complejidad de su profesión.

G.F. Muchos de los vectores de desigualdad han salido a la luz en el contexto de la crisis de la COVID-19: muestran claramente las consecuencias de un acceso inadecuado a la salud y a la asistencia social. Por lo tanto, tenemos que ser más resilientes antes esos choques ya que este tipo de crisis exacerba las desigualdades y ha echado por tierra algunos de nuestros logros.

H.D.: Si bien la gama de políticas que inciden en las desigualdades es muy amplia, y abarca desde políticas monetarias hasta políticas comerciales, los proyectos de investigación de la Facilidad se centran principalmente en políticas sociales y fiscales, que tienen un efecto directo sobre la distribución del ingreso. La Facilidad utiliza una “herramienta de incidencia fiscal” para evaluar el impacto económico general de los sistemas tributarios y de gastos sociales de los gobiernos de Kenia, Marruecos y Sudáfrica.


¿Qué tipos de soluciones se perfilan en el horizonte?

G.F.: Debemos aprovechar las herramientas desarrolladas por la Facilidad de investigación. Gracias a esas herramientas de diagnóstico, tenemos una mejor comprensión del 40 % de la población que se encuentra en lo más bajo de la escala de distribución de ingresos y podemos focalizarnos en ellos como no había sido posible hacerlo hasta ahora. Es fundamental que nos concentremos sobre esos 40 % para acelerar la reducción de las desigualdades y cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible Núm. 10.1.

Por otra parte, aún cuando la actual crisis de la COVID-19 es una amenaza sistémica para nuestro mundo, también representa una ocasión para planteamientos innovadores. “Team Europe” nació de la voluntad de contar con una respuesta unificada ante la pandemia, pero también se utiliza para luchar conjuntamente contra las desigualdades en los países socios. Team Europe nos da la oportunidad de apoyar una cultura estratégica de cooperación en torno a acciones transformadoras con posibles repercusiones importantes. Están surgiendo diversas iniciativas para apoyar a los países socios, asegurarse que su reactivación económica sea justa, sostenible e inclusiva, y que tendrán la capacidad de hacer frente a los vectores de desigualdades que ya existían antes de la crisis.


¿Qué tipo de propuestas políticas generaron las investigaciones? 

H.D.: Cuando se consultan las tablas de desigualdades en distintas partes del mundo, a menudo se lee “África… ningún dato”. La Facilidad permitió mejorar la disponibilidad de datos y documentar el impacto de la política pública sobre las desigualdades. También permitió la elaboración de un manual de diagnóstico sobre las desigualdades destinado a ayudar a los institutos nacionales de estadísticas a medir las desigualdades por medio de una metodología estandarizada. Haremos presión para que los resultados de la investigación conduzcan a reformas políticas significativas. Se pondrá especial atención en el impacto de las políticas de transición hacia una economía de bajo carbono sobre las desigualdades.


¿Cómo cooperaron la UE y la AFD en esta iniciativa de investigación?

G.F.: Nuestra cooperación ha sido excelente. La AFD tiene conocimiento, experiencia y voluntad política para hacer frente a las desigualdades. Lo cual nos puede ayudar a crear sinergias con otros donantes para cumplir con el programa 2021.

H.D.: Es un honor que la UE haya tenido confianza en la AFD para integrar este programa. Financió 22 proyectos de investigación por un monto de 4.5 millones de euros durante la primera fase. Actualmente, la UE está contribuyendo con 3 millones de euros adicionales para centrarse en cuatro países: México, Colombia, Sudáfrica e Indonesia.

Ahora podremos profundizar y concentrarnos en las recomendaciones políticas y en los diagnósticos, así como impulsar sinergias con otros financiadores.