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Los bancos públicos de desarrollo se interesan en las herramientas de la IA para mejorar el impacto de sus financiamientos, empezando por la AFD que el pasado mes de junio presentó su Prospector ODS. Para Régis Marodon, economista y consejero en financiamiento sostenible de la AFD, “la llegada de la inteligencia artificial en el desarrollo es un tsunami que se avecina”.

Un creciente número de instituciones y actores del desarrollo se interesan en aplicar soluciones de inteligencia artificial (IA) para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. El ejemplo más reciente es la mesa redonda organizada durante la reunión anual de los bancos públicos de desarrollo, la cumbre Finanzas en Común, celebrada del 4 al 6 de septiembre en Cartagena (Colombia), sobre el tema del análisis de datos y la IA al servicio del impacto de los proyectos de desarrollo.

Pero apenas estamos en los inicios. “La llegada de la inteligencia artificial en el desarrollo, es un tsunami que se avecina”, comenta entusiasta Régis Marodon, economista y consejero en financiamiento sostenible de la AFD. “Es una nueva frontera, algo que puede cambiar de manera radical nuestra forma de trabajar, a manera de lo que sucedió cuando las computadoras llegaron a nuestras oficinas. Podremos concentrar nuestra experiencia en los impactos y las relaciones con nuestros socios”, precisa Régis Marodon.

Actualmente, con los nuevos métodos que han generado los recientes avances en la materia, se pueden analizar grandes cantidades de datos sobre los financiamiento del desarrollo de manera instantánea, segura, normal, fiable y verificable.

“Originalmente, estos sistemas fueron creados por Facebook e Instagram para contextualizar textos, entender lo que gusta o no a los usuarios, y generar publicidades específicas. ¿Por qué no utilizarlas para trabajar en cuestiones complejas de desarrollo sostenible?”, pregunta Régis Marodon.

El Prospector ODS es una nueva herramienta

Actualmente, todavía es frecuente que el seguimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible se realice en forma manual basándose en datos declarativos. “Es evidente que este método tiene sus límites: el seguimiento no es sistemático, puede ser subjetivo, y la metodología empleada no es necesariamente la misma de una institución a otra”, destaca Adeline Laulanié, data officer de la Agence française de développement.

En el grupo AFD se creó recientemente una nueva herramienta para medir la referencia a los ODS en cualquier tipo de documento: el Prospector ODS. Se presentó en junio de 2023 y se basa en un modelo de lenguaje creado por Facebook que, además de identificar las palabras clave, puede contextualizar frases para analizar de manera más precisa los documentos que se le someten.

“Lo alimentamos con cerca de 9 000 textos de las Naciones Unidas, gobiernos, ONG, documentos de proyectos, que resumen el universo de los ODS. Ahora, entiende cuando se mencionan, o no, en un párrafo”, explica Jean-Baptiste Jacouton, responsable de investigación en financiamiento sostenible en la AFD que está implicado en el proyecto desde su origen.

El Prospector ODS puede cartografiar carteras de financiamientos y dar cuenta de la actividad de un actor en función de distintos criterios. ¿El apoyo de la AFD para luchar contra la pobreza depende más de las subvenciones o de los préstamos? ¿En qué país contribuye más al ODS n.°6 sobre agua y saneamiento? Las respuestas se obtienen en cuestión de segundos.

Algunos ODS reciben menor atención 

Los análisis efectuados hasta ahora ya generaron una primera enseñanza: los ODS transversales como la igualdad de género, la reducción de la desigualdad y la erradicación de la pobreza constituyen una parte mínima del discurso de los bancos públicos de desarrollo, contrariamente a lo que se podría uno imaginar.

El algoritmo también puede proporcionar información sobre las tendencias históricas: por ejemplo, encontrar si una institución financia más o menos proyectos de agua en las regiones afectadas por las sequías, verificar si apoya tantos programas climáticos como lo afirma, y desde cuando…Una manera de verificar que los objetivos estratégicos se materializan realmente a través de impactos en el terreno.


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“Su tarea es buscar una aguja en un pajar. Nuestra ambición es proponer una herramienta de ayuda al análisis que resulte tan indispensable como lo es, por ejemplo, el software Excel en la computadora”, indica Régis Marodon. 

Con una tasa de rendimiento a menudo superior al 90 %, el Prospector ODS ya se ha constituido en un apreciado apoyo para segundar el análisis humano. Aún no se utiliza de manera operacional -por el momento es sólo un prototipo- pero ya está disponible en el sitio internet específico y todos pueden probarlo.

Ahora, el objetivo consiste en seguir con este trabajo de investigación y enseñar al algoritmo a identificar los 169 objetivos relacionados con los 17 ODS. “De esa manera, podrá trabajar sobre las interacciones entre objetivos. Por ejemplo, un proyecto de saneamiento tiene un impacto sobre la descontaminación de los ríos, pero también sobre la descontaminación de los océanos e indirectamente sobre la pesca artesanal. Podremos rastrear las cadenas de causalidad, con una real perspectiva de desarrollo sostenible”, prosigue el experto.

Grupo de investigación internacional

Varias instituciones como la OCDE (SDG Tracker), la ONU (LinkedSDG) o la Unión Europea (SDG Mapper) han creado sus propios algoritmos para mapear los ODS, que consisten en contar las frecuencias de palabras. Son métodos tradicionales que no permiten interpretar los documentos en su contexto.

Para favorecer los intercambios en materia de IA y desarrollo sostenible se creó un grupo de investigación internacional. Reúne alrededor de treinta especialistas de las Naciones Unidas, el sector privado y bancos públicos de desarrollo. Su funcionamiento está basado en la colaboración: tratar de compartir lo mejor de cada participante. 

En lo sucesivo, será posible enriquecer esos programas con enormes volúmenes de datos y pedirles que identifiquen relaciones de causalidad que habían sido ignoradas. Es una promesa de hace mucho tiempo del “big data”, que surgió en los inicios de la década de 2010. Así, por ejemplo, al tener acceso a los datos sobre los impactos de los proyectos, sería posible sistematizar nuevas enseñanzas, y evitar que se repitan errores.

“También se plantea la cuestión de la fiabilidad de la información, tanto como la de la ética en su utilización”, puntualiza Régis Marodon. “Pero el interés de la IA es evidente. Los bancos de desarrollo tienen una mayor responsabilidad de alinear sus finanzas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y por consiguiente una mayor responsabilidad de promover todo lo que pueda contribuir a esta meta”, remarca el experto.