- Actualizado al 06/08/2020 : Tras los recientes acontecimientos en Beirut, la Fondation de France, junto con la AFD, lanza una colecta de donativos. Por cada suma que se done a la Fondation de France para Solidarité Liban la AFD contribuirá con el doble. Consulte el comunicado (en francés)
¿Cómo explicar la critica situación económica en la que se encuentra actualmente Líbano?
Olivier Ray – La actual situación de Líbano es consecuencia de varios años de un modelo de desarrollo no sostenible: para mantenerse, ese modelo económico requería un flujo de divisas extranjeras en aumento constante; no obstante, a largo plazo es imposible mantener ese ritmo.
Desde hace un año, la crisis económica hizo evidente que ese sesgo monetario conduce a un callejón sin salida: ya no hay suficiente cantidad de dólares en la economía y eso tiene consecuencias dramáticas para todos los libaneses: los que antes de la crisis pertenecían a las clases populares ahora se encuentran en extrema pobreza, con un riesgo real de inseguridad alimentaria; también se observa un desclasamiento de la clase media y, en general, un incremento de las desigualdades.
Desde un punto de vista medioambiental, la situación también está fracasando, ya sea en cuestión de contaminación de las capas freáticas, de urbanización incontrolada, del insuficiente número de plantas depuradoras, o de la contaminación del aire provocada por los generadores eléctricos…
La conferencia CEDRE, que se llevó a cabo en París en abril de 2018, constituía un último intento por enderezar la situación y evitar el iceberg de la crisis financiera así como el imperativo de recurrir al FMI, escenarios que ya se perfilaban en el horizonte. Lo que se buscaba no era tanto el impacto provocado por una reactivación keynesiana producto de inversiones, sino más bien el efecto que hubieran generado reformas estructurales, a las que estas inversiones estaban condicionadas, y únicas capaces de evitar la caída. Es evidente que no se supo aprovechar esa oportunidad; Líbano terminó por caer en el abismo a la orilla del cual se encontraba anclado de manera tan sólida desde hace una década.
Sin un programa del FMI ambicioso que permita llevar a cabo esas reformas de fondo, ese descenso al infierno proseguirá en los años venideros. Líbano se encamina hacia una desclasamiento histórico, inédito por su magnitud y por su duración. Existe el riesgo de que se produzcan efectos de resonancia entre las crisis financiera, económica, social, política y de seguridad, la una fomentando a la otra en una espiral que se autoalimenta.
Durante este periodo, ¿cuáles son los ejes de intervención prioritarios de la AFD?
Nuestra prioridad absoluta consiste en ayudar a los sectores de la población más vulnerables, principalmente a través del Fondo Paix et résilience Minka (Paz y resiliencia Minka). Desde hace años, esta herramienta permite a la AFD dedicar de 30 a 40 millones de euros para proyectos que combinan objetivos humanitarios y de desarrollo en materia de educación, de capacitación profesional, de salud, de acceso al agua, de reducción de los riesgos de catástrofe, de fortalecimiento de las capacidades de las ONG libanesas o bien de desarrollo rural…
Otro tema prioritario: defender los beneficios generados por el desarrollo. En periodo de crisis, cuando el poder público cede terreno, es fundamental asegurar un flujo mínimo de financiamientos hacia ciertos servicios básicos para evitar un derrumbe de los servicio públicos que pudieran tener consecuencias de largo plazo.
Gracias a fondos de la Comisión Europea, los equipos de la AFD ayudan al Ministerio y a los organismos encargados de la gestión del agua en el manejo de los servicios del agua y del saneamiento para evitar que las infraestructuras financiadas en las fases precedentes decaigan por falta de mantenimiento.
Por otra parte, algunos proyectos como el campus del CNAM, Conservatoire National des Arts et Métiers (Conservatorio Nacional de las Artes y Oficios), en Beirut, o bien el saneamiento en el valle del Qadisha, están estrechamente relacionados con Francia. Los equipos trabajan para que éstos lleguen a su término.
¿Cómo llegar a pensar en el futuro, a pesar de la crisis?
Precisamente porque demuestran lo infructuoso que es el modelo actual, los periodos de crisis generan oportunidades para idear la transición hacia el mundo de después, junto con los intelectuales, con la sociedad civil y con la juventud del país. Con la embajada, la AFD emprende un “Diálogo de política pública” (DPP) sobre la transición medioambiental, foro de diálogo y de propuestas alimentado por trabajos de investigación. Enseguida, se podría organizar un DPP sobre transiciones económicas y sociales, para ayudar a Líbano a idear un nuevo modelo económico así como políticas sociales.
Francia también debe respaldar a los reformadores que luchan para mejorar la gobernanza del país, y así aprovechar toda oportunidad de avanzar. Por ello, la AFD apoya la modernización del sistema de contrataciones públicas y la reforma del catastro -dos temas fundamentales para luchar contra la corrupción. En ese sentido, los equipos estudian junto con la Ministra de la Justicia las posibles colaboraciones enfocadas a favorecer la independencia de la Judicatura y mejorar la eficiencia de la justicia.
Por último, la larga temporalidad de los proyectos de desarrollo en Líbano nos insta a seguir madurando proyectos estructurantes, de manera que un expediente de calidad esté listo cuando el contexto permita que la Agencia reanude con sus inversiones. Para entonces podrían emprenderse, en particular, proyectos de reequilibrio territorial o bien de salud pública.