Es imposible entender la acción de la AFD sin evocar las alianzas. Sus sectores de aplicación son diversos: infraestructuras, agua y saneamiento, biodiversidad, salud… Los proyectos involucrados corresponden a las necesidades de las poblaciones de todos los países que recurren a la ayuda pública al desarrollo. “Las alianzas representan casi la mitad de los proyectos que llevamos a cabo en la AFD”, destaca Céline Boulay, responsable adjunta del Departamento de Alianzas en la AFD. Lo cual representa más de 3 000 millones de euros anuales.
Avanzar juntos todavía más
Se deben distinguir dos tipos de financiamiento: por una parte, el otorgamiento directo de fondos a Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) como son las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), los sindicatos, las fundaciones públicas o privadas, o bien las cooperativas; por otra parte el cofinanciamiento, es decir el financiamiento de un mismo proyecto por dos donantes.
Entre 2017 y 2020, los volúmenes de otorgamientos del Grupo (AFD y Proparco) destinados a la actividad operacional con las OSC se triplicaron y sumaron 422 millones de euros en 2020. Un monto récord. En cuanto a los cofinanciamientos entre donantes, en 2020 sumaron 2 825 millones de euros, o sea 39 % de los compromisos financieros de la AFD en préstamos.
“En algunos caso logramos federar coaliciones de donantes en torno a un reto común, planetario”, explica Céline Boulay. Es el caso de la iniciativa Kiwa a favor de la biodiversidad y de la adaptación al cambio climático en el Pacífico. La iniciativa Kiwa, anunciada por el presidente de Francia en 2017, durante la One Planet Summit, empezó en marzo de 2020. “Por primera vez, cinco financiadores internacionales -Australia, Canadá, Francia, Nueva Zelanda y la Unión Europea- movilizaron recursos para apoyar a los Estados y territorios insulares del Pacífico a través de la búsqueda de soluciones comunes frente al cambio climático”, señala con satisfacción Céline Boulay.
Adaptarse a las crisis
El año 2020 estuvo dominado por la pandemia y para los países en desarrollo esta crisis se sumó a otras, fueran éstas económicas, sociales o de seguridad. Por ello, para superarla, 30 % de los proyectos cofinanciados representaron una respuesta a la Covid-19, y 40 % de estos últimos tienen que ver con el departamento África de la AFD. En materia de otorgamiento de fondos a través de las iniciativas OSC, se desembolsaron cerca de 10 millones de euros adicionales para 17 proyectos centrados en la crisis sanitaria.
Las alianzas son sinónimos de reactividad. Desde el inicio de la pandemia, la AFD se ha movilizado para luchar contra la Covid-19 y sus consecuencias. Así, la iniciativa Salud en Común fue lanzada en abril de 2020 con subvenciones y préstamos concesionales desembolsados principalmente para beneficio de los países africanos. Objetivo: fortalecer sus sistemas de salud, apoyar las acciones de investigación médica, pero también aumentar sus capacidades de detección y de atención de los enfermos. “La iniciativa Salud en Común es un ejemplo, entre muchos otros, de lo densas que son las relaciones entre la AFD y las organizaciones de la sociedad civil”, explica Céline Boulay.
Como consecuencia de la doble explosión en el puerto de Beirut, se generó una alianza inédita entre la Fondation de France y la AFD. El objetivo era de ayudar a los libaneses ya afectados por una profunda crisis social y económica. Por ello, la AFD decidió duplicar cada donación hecha a la Fondation de France. Esta operación que se nombró "Solidarité Liban" permitió entregar fondos a los actores locales de terreno para apoyar prioritariamente las acciones sociales y psicosociales, la reactivación económica local y la vivienda.
A juzgar por estas acciones, las actividades generadas por las alianzas con la AFD aumentan año tras año. Frente a las crisis, el diálogo con los actores de terreno ha dado resultados. Lo cual garantiza programas que corresponden cada vez mejor, y cada vez más rápido, a las necesidades de las poblaciones.
LAS ALIANZAS INTERNACIONALES Y EUROPEAS, UN CATALIZADOR DEL DESARROLLO
A convicciones comunes, respuestas comunes. La AFD y la Unión Europea (UE) coinciden en retos que comparten y, en los últimos años, han consolidado su alianza. Así, en 2020, la AFD comprometió 363 millones de euros de financiamientos a partir de recursos de la UE. El año 2020 se caracterizó por la continuación de la operacionalización del Plan Europeo de Inversiones Exteriores (PEIE): en el marco del Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible, se firmaron los dos primeros acuerdos de garantía entre la AFD y la Comisión Europea.
De acuerdo con una primera estimación, los recursos financieros exteriores -entre los cuales préstamos y subvenciones- que contribuyen a la respuesta de la AFD a la crisis de la COVID-19 provienen, en 85 % de los casos, de los actores multilaterales (bancos multilaterales de desarrollo, UE y la Alianza Mundial para la Educación). En 2021, el Grupo prosigue con su ambición colaborativa a escala europea e internacional con la instalación de nuevos instrumentos al servicio de la sociedad civil.
LA HERRAMIENTA FICOL, AL SERVICIO DE LAS ENTIDADES TERRITORIALES
No hay duda que en materia de desarrollo, entre más local sea la decisión, mayor será su eficacia. En ese sentido, desde 2014, la AFD cuenta con una herramienta conocida como Facilidad de financiamiento de las entidades territoriales francesas (Ficol). Una manera para las entidades territoriales francesas de apoyar proyectos en los países en desarrollo.
Ficol cuenta actualmente con 57 proyectos en curso de financiamiento que representan 32.2 millones de euros de subvención. A ello se suman otros 23 proyecto en curso de evaluación.
“Son proyectos impulsados por 61 entidades territoriales, de todos los tamaños y todos los niveles, desde el parque natural regional hasta las metrópolis pasando por las regiones de Francia continental y de los territorios de Ultramar”, comenta la responsable adjunta del departamento alianzas de la AFD. “En 2020, la AFD utilizó el presupuesto de 9 millones de euros para cofinanciar 14 proyectos en 14 países diferentes”, precisa.
Por ejemplo, ese mismo año de 2020, la AFD brindó su ayuda a la ciudad de Estrasburgo para crear espacios de biodiversidad y de agricultura urbana sostenible en Kampala, Uganda, de manera a reforzar la seguridad alimentaria y económica de los habitantes, la preservación de los espacios verdes así como la oferta extraescolar de la ciudad. Preservación de la biodiversidad, mejores servicios básicos (agua, saneamiento, residuos, electricidad), valorización del patrimonio, movilidad sostenible… A través de la Ficol, los proyectos de cooperación se ocupan tanto del desarrollo como del dialogo entre entidades territoriales de diferentes países.