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10 años de los ODS: ¿qué logros se han alcanzado desde el 2015?
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Adoptados en el 2015 por la ONU, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus 169 metas –o subobjetivos– tienen la ambición de dar respuesta, de aquí al 2030, a los principales desafíos mundiales: pobreza, desigualdades, clima, biodiversidad, agua, energía, paz, educación… Diez años después de su lanzamiento, ¿qué logros se les pueden atribuir? ¿Y qué obstáculos persisten?
Desde el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el 2015, se han recorrido dos tercios del camino. Un tiempo suficiente para evaluar los progresos conseguidos a nivel mundial hacia su realización, apoyándose en los 232 indicadores establecidos por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas.
El último informe de la ONU sobre los ODS, publicado en julio de 2025 y que abarca 139 metas que pudieron ser documentadas, revela el camino que aún queda por recorrer: el 35 % de los objetivos avanzan hacia su realización, el 47 % muestran progresos insuficientes, mientras que el 18 % retroceden con respecto a su nivel en el 2015. El informe destaca: «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible han mejorado la vida de millones de personas en la última década, pero los avances siguen siendo insuficientes» .
Entre los avances significativos se encuentra el del acceso a la energía: el 92 % de la población mundial tiene ahora acceso a la electricidad, principalmente proveniente de energías renovables y ya no del carbón. En los últimos diez años, la mortalidad infantil se ha reducido en un 16 %, mientras que 110 millones de alumnos han podido comenzar la escuela. En los parlamentos nacionales, actualmente, el 27 % de los escaños están ocupados por mujeres, frente al 22 % en el 2015.
«Los ODS nos han llevado, al igual que a otros muchos bancos de desarrollo, a considerar mejor el desafío de la coherencia de nuestras intervenciones y las tensiones entre los diferentes objetivos», explica Thomas Melonio, economista en jefe en la Agence française de développement (AFD). «Esto ha hecho que salgamos del financiamiento directo de las energías fósiles, dado que los temas económicos y ambientales están abordados en un mismo marco de referencia gracias a los ODS».
Este desafío de convergencia entre la esfera social y la ambiental también se encuentra en el financiamiento de las áreas protegidas: las evaluaciones de proyectos han demostrado la importancia de dedicar aún más atención a la dimensión humana y social, aunque sólo sea para garantizar su eficacia a largo plazo.
A cinco años de la fecha límite del 2030, otros objetivos siguen siendo difíciles de alcanzar. Eso ocurre con el ODS 1 «Fin de la pobreza», en el cual más del 80 % de las metas registran progresos limitados o, en ciertos casos, retrocesos. De hecho, 800 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema, es decir, 1 de cada 10 habitantes del planeta.
Thomas Melonio analiza: «Habíamos observado una disminución continua de la pobreza desde hacía treinta años cuando llegó la COVID, y observamos un repunte. Esto se debió especialmente a un endurecimiento de las condiciones financieras en los países menos adelantados. La agresión a Ucrania añadió inflación. En el 2020, hubo un punto de inflexión para algunos objetivos».
Para el objetivo 4, que persigue una educación de calidad para todos, sigue habiendo dificultades, con 272 millones de niños y de jóvenes aún sin escolarizar en el 2023. Para el ODS 6, cuyo objetivo es garantizar el acceso al agua, también hay algo de retraso, ya que 2 200 millones de personas aún no tenían acceso a la misma en el 2024. El desajuste climático, por su parte, continúa: el año 2024 fue el año más caluroso jamás registrado, con una multiplicación de los desastres naturales –megafuegos, inundaciones, ciclones, sequías…
Estas dificultades hacen necesaria una evolución de los ODS. Como observa el economista en jefe de la AFD: «Desde el principio, los ODS demostraron su gran utilidad por su carácter universal y por la coherencia que aportan a los objetivos internacionales. Sin embargo, el marco estadístico era muy amplio y el número de metas elevado, resultando en algunos casos de difícil consecución para ciertos países. Las metas tendrán que ser revisadas algún día, también a la luz de los grandes acuerdos internacionales adoptados después, como el de París sobre el clima o el de Kunming-Montreal sobre biodiversidad , que han precisado los objetivos ambientales».
El logro de los ODS también se ve más complicado por ciertas decisiones nacionales, como la reducción de las inversiones solidarias por parte de los Estados Unidos o su retirada del Acuerdo de París sobre el clima. En otros ámbitos, como la democracia o las desigualdades de género, también han surgido tensiones políticas o culturales.
Aunque estos obstáculos no hayan cuestionado la ambición mundial en materia de desarrollo sostenible, que sigue contando con un amplio apoyo, la ONU advierte: «Los recortes presupuestarios de los países desarrollados en su ayuda oficial al desarrollo no estarán exentos de consecuencias para el logro de los ODS». Por este motivo, la organización apela a actuar en seis ámbitos prioritarios: los sistemas alimentarios, el acceso a la energía, la transformación digital, la educación, el empleo y la protección social, el clima y la biodiversidad.
«No obstante, no veo un retroceso de la AFD en nuestro objetivo, que es realizar operaciones coherentes que nos permitan avanzar en los ODS cruciales, sin retroceder en los demás», asegura Thomas Melonio. Aún queda por recorrer un tercio del camino hasta la fecha límite del 2030. Cinco años, eso todavía deja tiempo para trabajar en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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