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Zona patrimonial lacustre de Xochimilco, México
El concepto de sostenibilidad fuerte tiene por objetivo fortalecer el concepto de desarrollo sostenible. La Agence française de développement lo promueve en numerosos países socios para acompañarlos hacia trayectorias de desarrollo más respetuosas del medio ambiente.

Siete años. Es el tiempo que ha pasado desde que la Asamblea General de la ONU aprobó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en septiembre de 2015. Y es también el tiempo que falta antes de 2030, meta fijada para el cumplimiento de dichos objetivos. Si los ODS son hoy un tema indiscutible en materia de cooperación internacional, entre sus metas persisten contradicciones y, actualmente, su puesta en marcha por silos temáticos es problemática.

Estas dificultades y las reiteradas alertas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), por sus siglas en inglés) contribuyeron para que la noción de sostenibilidad fuerte regresara a un primer plano. Este enfoque pretende reforzar el de desarrollo sostenible al considerar que los ámbitos económicos y sociales ya no pueden existir de manera separada al medio ambiente. Reconoce la necesidad de respetar mínimos sociales, la finitud de los recursos planetarios y los frenos que plantean esos límites al crecimiento económico. Al mismo tiempo, insiste en la necesidad de preservar un “capital natural crítico” que se transmitirá a las generaciones futuras.


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La sostenibilidad fuerte es una manera de alcanzar todos los ODS en lugar de cumplir con ellos de forma separada”, explica Antoine Godin, economista en la Agence française de développement (AFD). Y agrega: “En principio, no es posible sustituir la destrucción del capital natural por capital económico o social. A partir de este principio, ¿cómo construir trayectorias de desarrollo que respeten todas esas dimensiones?”.

Una limitada puesta en práctica

Hasta ahora, la puesta en práctica de la sostenibilidad fuerte sigue siendo limitada. No obstante, la AFD moviliza ese concepto en la construcción y puesta en marcha de acciones públicas que son compatibles con sus países socios. Un ejemplo de ello es el programa AdaptAction: la AFD acompaña 15 países y organizaciones regionales, especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático, en la puesta en marcha de sus estrategias de adaptación. Una respuesta a la vez climática, social y económica.

Por medio de su Facilidad 2050, el grupo AFD brinda apoyo financiero a unos treinta países en desarrollo que cuentan entre los principales emisores de gases de efecto invernadero, o entre los más vulnerables a sus impactos, para definir planes de desarrollo de bajo carbono hacia 2050, que toman en cuentan los cambios institucionales, económicos, financieros, tecnológicos y sociales necesarios.


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Desde hace varios años, la AFD también lleva a cabo programas de investigación sobre las transiciones ecológicas, las desigualdades y los bienes comunes. Estos han permitido probar y aplicar varias herramientas útiles para la elaboración de trayectorias de sostenibilidad fuerte.

El modelo GEMMES

Una de estas es la herramienta de modelización macroeconómica GEMMES que se utiliza en Marruecos, Túnez, Colombia, México, India o bien Vietnam en problemas propios a esos países. “GEMMES esta destinada a mostrar de qué manera las trayectorias de desarrollo de largo plazo compatibles con la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad cuestionan la sostenibilidad macroeconómica y social” precisa Antoine Godin.

En Túnez, el proyecto se enfocó en identificar las vulnerabilidades macroeconómicas y ecológicas provocadas por los impactos del cambio climático en la agricultura y la disponibilidad de agua. Objetivo: elaborar un modelo económico que permita efectuar previsiones de rendimientos agrícolas hasta 2050 y pensar en posibles políticas.

Por ejemplo, mostramos que el cambio climático provocará perdidas de producción agrícola. Por lo tanto, una posible respuesta consistiría en planear importantes inversiones para irrigar los cultivos. No obstante, esta opción puede generar evoluciones en la manera de producir y consumir, lo que ocasionaría desequilibrios y tensiones" agrega el experto.

“ESTEEM permite un análisis muy fino”

Otra herramienta propuesta por la AFD es el modelo ESTEEM y permite identificar los riesgos económicos que los países pueden enfrentar durante su transición ecológica. “De esta manera, es posible identificar las industrias que corren el riesgo de desaparecer debido a esta transición y modelizar sus impactos económicos y sociales. Por ejemplo, Acabar con la explotación de carbón no tendrá las mismas consecuencias en Sudáfrica que en Colombia. ESTEEM permite un análisis muy fino”, señala Antoine Godin.


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Utilizado por primera vez en Uzbekistán, la herramienta contribuyó a acompañar al país en su transición ecológica, al grado que actualmente es precursor. En la actualidad, se aplica en Vietnam, y dentro de poco en Bolivia.