Desde 2019, la Agence Française de Développement (AFD) trabaja en el terreno para proteger este espacio natural indispensable, tanto a nivel local como planetario. Dedica a la Amazonia 15.5 millones de euros en subvenciones y opera en cuatro países de la región,
Brasil, Colombia, Ecuador y Perú , con el objetivo de poner en marcha dinámicas locales a favor del clima y de la biodiversidad. Los proyectos que respalda son complementarios de los que llevan a cabo otros bancos públicos de desarrollo presentes en el terreno desde hace más tiempo.
Esta acción forma parte del esfuerzo general de Francia a favor de la Amazonia, el cual incluye, en particular, la asignación de créditos a organizaciones de conservación de la naturaleza que luchan por salvaguardar este pulmón planetario, al igual que un importante proyecto de asociación con el Banco Interamericano de Desarrollo centrado en la biodiversidad de la cuenca amazónica. “Es un tema de gran importancia que cuenta con el apoyo de Francia, al que contribuimos en nuestra calidad de banco de desarrollo público, y al que queremos dar mayor relevancia durante los próximos años”, explica Bruno Leclerc, Director del Departamento América Latina en la AFD.
Una experimentación de territorios sostenibles
En 5 sitios piloto situados en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, la AFD va a financiar el programa TerrAmaz destinado a construir modelos de magnitud territorial que conjuguen desarrollo económico de bajo carbono y conservación de los ecosistemas.
Este programa, que tendrá una duración de cuatro años, permitirá dar seguimiento a la deforestación a nivel local, elaborar códigos territoriales, difundir prácticas agrícolas sostenibles para conseguir productos con certificación cero deforestación (conforme a la estrategia francesa de lucha contra la deforestación importada), y apoyar la realización de estudios que beneficiarán a los actores de esas regiones.
TerrAmaz recibirá una subvención de 9.5 millones de euros de la AFD y se suma a los compromisos de Francia a favor de una Alianza Internacional para la Conservación de los Bosques Tropicales.
Luchar contra los incendios
En Brasil, en el estado de Mato Grosso, la AFD dedica un millón de euros para el desarrollo de las poblaciones autóctonas Kayapó (a la que pertenece el cacique Raoni) y Kapotó. “Esas comunidades se encuentran bajo presión de los colonos y de los productores agrícolas que se apropian las tierras y destruyen la selva. Respaldar las actividades de los pueblos autóctonos contribuirá a salvar esas tierras”, destaca Mathieu Boche, responsable de proyecto en la División Agricultura, Desarrollo Rural y Biodiversidad de la AFD. En efecto, las zonas forestales situadas en territorios indígenas son también aquellas en donde menos avanza la deforestación … siempre y cuando la población pueda contar con medios de control suficientes.
El proyecto, que se retrasó debido a la pandemia de Covid-19, es dirigido por la ONG Conservation International y puesto en práctica por las organizaciones representativas de las comunidades autóctonas. Tiene como principal objetivo el mantenimiento y la rehabilitación de los caminos forestales y de las brechas cortafuegos, la creación de torres de vigilancia para luchar contra la aparición del fuego y la expansión de las actividades agroforestales sostenibles. “Queremos ayudar a esas comunidades a valorizar sus productos forestales no maderables -nuez de Brasil, miel, plantas medicinales…- de una forma que respete al medio ambiente”, precisa Mathieu Boche.
Los sectores sostenibles del cacao
Conservation International también tiene a su cargo un proyecto dedicado a promover los sectores sostenibles de la producción de cacao de excelencia en Colombia, Ecuador y Perú. Cuenta con el respaldo del Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial (FFEM, por sus siglas en francés) y de la AFD, que le asignan respectivamente 2.5 y 5 millones de euros, y con la participación de la asociación Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras así como de Kaoka, la empresa especializada en el chocolate orgánico procedente del comercio justo.
"Se trata de impulsar las producciones que toman en cuenta la conservación de la biodiversidad pero también permiten a los productores locales mejorar sus medios de subsistencia. Los productores que practican la agrosilvicultura con parcelas en las que aúnan el cultivo del cacao con la plantación de árboles y en las que sólo utilizan insumos de origen biológico, pueden tramitar su certificación con ayuda de las ONG medioambientales, lo que les permitirá aumentar el precio de venta de sus mercancías y asegurar una conservación a largo plazo de la naturaleza de la que dependen”, explica Tiphaine Leménager, responsable del Proyecto Biodiversidad en la AFD. Por otra parte, la colaboración con la empresa Kaoka les permitirá comercializar sus productos.