¿En qué consiste el nuevo Marco Mundial de la Biodiversidad?
Los 196 países signatarios del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (CDB) deberán llegar a un nuevo acuerdo para definir los compromisos precisos que permitirán frenar la pérdida de especies animales y vegetales a nivel mundial -un millón de ellas se encuentran en peligro de extinción a corto plazo. Este nuevo Marco Mundial de la Biodiversidad, que abarca el periodo de 2020 a 2030, será el tema central de las discusiones de la 15 ª Conferencia de las Partes (COP15) de la CDB, organizada en Montreal, Canadá, del 7 al 19 de diciembre de 2022.
Inicialmente prevista para realizarse en China, en octubre de 2020, la COP 15 se aplazó en varias ocasiones debido a la pandemia de la COVID-19 y del confinamiento en vigor en ese país asiático. Solamente la primera parte de la cumbre se llevó a cabo en Kunming.
El anterior Marco Mundial había definido los 20 Objetivos de Aichi para el periodo 2011-2020. No obstante, la mayoría de ellos no se cumplieron debido a una falta de seguimiento eficaz.
“Este nuevo Marco Mundial de la Biodiversidad se encuentra en discusiones desde hace tres años. Es un acuerdo político muy importante, el equivalente para la biodiversidad del Acuerdo de París sobre el Clima. Por lo tanto, la COP15 genera fuertes expectativas en lo que toca al logro de este acuerdo”, señaló Odile Conchou, consejera en Biodiversidad y Finanzas de la Agence française de développement (AFD).
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¿Cuáles son sus objetivos?
Las negociaciones que se llevarán a cabo en Montreal permitirán validar la versión final del nuevo Acuerdo Mundial de Biodiversidad, que incluye cuatro metas globales y 22 objetivos de acción. Cada meta consta de varias etapas que deberán superarse antes de 2030 con el fin de poder “vivir en harmonía con la naturaleza” hacia 2050, según la línea directriz aprobada en 2010 por los miembros de la CDB.
El acuerdo se enfocará principalmente en la protección de al menos un 30 % de las zonas terrestres y marítimas mundiales de aquí a 2030, a través de áreas protegidas eficaces que cubren sitios de importancia particular para la biodiversidad. La Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas, copresidida por Francia y que reúne a más de 100 países a favor de este objetivo, deberá precisar sus límites entre protecciones estrictas que excluyen toda actividad económica y otras que la autorizan bajo ciertas condiciones, al tiempo que implican a los pueblos autóctonos y comunidades locales. Actualmente, un 17 % de tierras y un 10 % de océanos se encuentran cubiertos por un área protegida, con niveles de eficiencia variables.
“Será necesario seguir avanzando. No se puede proteger un 30 % de la naturaleza y en el resto permitirlo todo. Todas las actividades humanas deberán reducir sus impactos perjudiciales sobre la biodiversidad. Lo cual supone integrar mejor a la naturaleza en la ciudad y en los espacios agrícolas", destacó Odile Conchou.
En la primera versión del Marco Mundial de la Biodiversidad para el periodo posterior a 2020 figuran otros objetivos: Integrar a la biodiversidad en todos os sectores de la economía, reducir de dos tercios los pesticidas, eliminar los vertidos de residuos plásticos, reducir las incentivos (económicos, financieros, reglamentarios) nefastos para la biodiversidad de mínimo 500 000 millones de dólares al año, y aumentar de al menos 10 000 millones de dólares al año el apoyo a los países en desarrollo sobre estos temas.
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Una vez aprobado, ¿Qué temas quedarán todavía por resolver?
Existe el riesgo de que el acuerdo final no sea tan ambicioso como se espera. De cualquier manera, una vez aprobado en la COP15 se deberán suprimir algunos obstáculos a su puesta en marcha, como el tema del seguimiento de acciones prescritas.
“Sin objetivos cuantificados, será difícil seguir los avances”, consideró Odile Conchou. “Los Objetivos de Aichi no llevaban integrado un corpus de indicadores y de modalidades de seguimiento, lo cual explica, en parte, que algunos de estos Objetivos no se hayan cumplido”, agregó. Por lo tanto, la pregunta es: ¿se aprobará un corpus de este tipo en la COP15?
Otro reto tiene que ver con los recursos financieros y humanos que los países destinarán al cumplimiento de los objetivos. “Los países en desarrollo dicen que no cuentan con las capacidades para poner en marcha un acuerdo ambicioso. Otras voces insisten sobre el hecho de que se tiene el dinero, pero que está mal empleado. Actualmente, 500 000 millones de dólares se destinan cada año a proyectos con un potencial de destrucción de la naturaleza”, aseguró Odile Conchou.
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¿Cuál ha sido el papel de la AFD en la elaboración de este nuevo Marco Mundial?
Desde hace varias décadas, la Agence française de développement se ha dado a la labor de mejorar la protección de la biodiversidad en sus países de intervención. En 2021, destinó 591 millones de euros a este objetivo y se ha comprometido a duplicar esos financiamientos para llegar a 1000 millones de euros al año de aquí a 2025.
En paralelo, la AFD procura que el 30 % de sus financiamientos climáticos también conlleven beneficios para la biodiversidad. Asimismo, se orienta hacia una mejor integración de los riesgos relacionados con la naturaleza en su cartera de proyectos, en especial a través de su participación en la Taskforce for Nature related Financial Disclosure (TNFD). Además, la AFD participó en la edición del Libro sobre Inversiones para la Naturaleza con la ONG Global Canopy.
En lo que toca a su contribución al nuevo Marco Mundial de Biodiversidad, la AFD envió como representante ante el secretariado de la CDB durante dos años, a Odile Conchou, experta en temas de biodiversidad y financiamiento, para reforzar a los equipos de las Naciones Unidas sobre estos temas y contribuir a la firma de un acuerdo ambicioso durante la COP15.
“La AFD y la International Development Finance Club (IDFC) tienen la voluntad de armonizar nuestras acciones y financiamientos con el futuro acuerdo”, dijo Odile Conchou. Varios de nuestros compromisos se orientan en ese sentido: la duplicación de nuestros financiamientos a favor de la biodiversidad entre 2020 y 2025, el apoyo a proyectos de áreas protegidas, la integración de la biodiversidad en toda la cartera AFD. Pero podemos hacer todavía más: aumentar el financiamiento destinado a la biodiversidad, incitar a nuestros interlocutores a incrementar sus esfuerzos, mejorar el seguimiento de nuestros proyectos…”.
En efecto, los bancos públicos de desarrollo, que representan el 12 % de los flujos financieros mundiales, tienen la oportunidad de ser un ejemplo y alinearse lo más pronto posible con los objetivos del futuro Marco Mundial de la Biodiversidad. Para contribuir a ello, el IDFC se ha comprometido a canalizar 100 000 millones de dólares a favor de la biodiversidad de aquí a 2027. También elaboró un conjunto de herramientas para acompañar a sus miembros, y a las instituciones financieras, en la integración de la biodiversidad en sus estrategias y operaciones.